Ecología profunda ancestral en las Américas

Muchos consideramos que las enseñanzas de los pueblos originarios juegan un papel esencial en la co-creación de un futuro mejor para todos, humanos y más-que-humanos. En el pasado me he referido a las voces del Sur global como portadoras de una energía fundamental para el advenimiento del Gran Giro:

…la fuerza que proporciona la alineación con la verdad que habita en el corazón humano y en las entrañas de la Tierra late con especial candor en las comunidades del Sur. Esto se debe, considerablemente, a la historia de explotación paralela que han sufrido estas comunidades y sus prolíficos ecosistemas. Tal experiencia traumática ha, por decirlo de alguna manera, hermanado en dolor al Sur y la Tierra.”1  

Este énfasis en la voz del reprimido se nutre de una visión participativa e intercultural que reconoce la necesidad de establecer diálogos Norte-Sur, específicamente en las Américas.2 Igualmente, este movimiento hacia la Tierra y su gente se nutre de enseñanzas originarias como la profecía del águila y el cóndor o los guerreros del arcoíris.

La necesidad de diálogos Norte-Sur no solo se hace presente en el plano geográfico, sino también a nivel eco-social, político, comunitario y somático.Con esto quiero decir que existe un complejo e interconectado espectro híbrido entre el “Norte” y el “Sur” de las Américas, y que es urgente para los ciudadanos industrializados despertar a las maneras en las que participamos en dinámicas opresivas. A su vez, la invitación a establecer diálogos Norte-Sur ejemplifica la danza de los opuestos que permea y anima la creación desde la cosmovisión mesoamericana.

En mi experiencia de facilitación en el contexto Latinoamericano, El Trabajo Que Reconecta (TQR) provee la estructura y contención adecuadas para celebrar la vida de manera más plena y explorar las dimensiones eco-culturales de nuestra pertenencia a la Tierra viviente.3 En esta labor se hace presente el rico legado ancestral de los pueblos de las Américas en la mente y corazón de los participantes. Es por ello que he llegado a reconocer la universalidad de El TQR y la necesidad de honrar e incluir saberes ancestrales de maneras culturalmente respetuosas como parte de la experiencia TQR.

A continuación, presento muy someramente algunas de las antiguas raíces ecosóficas del pensamiento ancestral americano, ejemplificadas concretamente en la cosmovisión andina, y como esta ecología profunda ancestral coexiste con avances recientes como el pensamiento sistémico y enseñanzas contemplativas en los encuentros TQR.

Pachasofia

De acuerdo a la antropología contemporánea, dos de las seis grandes civilizaciones de nuestro planeta se encuentran en las Américas: la cultura mesoamericana y la incaica. Ambos núcleos civilizatorios se caracterizan por un profundo conocimiento del ser humano como parte de un vasto universo sagrado, interconectado y cambiante. Estas grandes culturas, junto con el resto de habitantes del continente americano, han experimentado genocidio, explotación e intercambio de bienes e información a lo largo de los últimos 500 años.

Durante los encuentros TQR me doy a la tarea de compartir los orígenes de la ecología profunda, trazándola a la obra de Arne Naess y sus influencias directas encontradas en el naciente movimiento ambiental, la filosofía de Mahatma Gandhi y Baruch Spinoza. Igualmente profundizamos en las expresiones aplicadas de la ecología profunda provenientes de pioneros como John Seed y, por supuesto, Joanna Macy, entre otros. ¿Por qué enfocarse exclusivamente en los aportes del “Norte” al desarrollo de una conciencia ecológica y profunda?

El mensaje ecocéntrico, interdependiente, de igualdad biosférica y de reconocimiento del valor intrínseco de todos los seres que caracteriza a la ecología profunda tiene una larga historia en los saberes de los pueblos originarios de las Américas. El equilibrio, identificación y armonía con el resto de la naturaleza como base de la cosmovisión ancestral americana proporcionan rumbo y significado a la vida humana. Esta ecología profunda ancestral muchas veces surge de manera espontánea en los participantes de los encuentros TQR, asistiéndoles a comprender e integrar sus propias experiencias y realizaciones de reconexión con la Tierra.

El caudal de saberes originarios de las Américas es megadiverso. No obstante, investigadores argentinos sugieren cinco características comunes de la cosmovisión ancestral americana: totalidad, energía, sacralidad, comunión y sentido comunitario de la vida.4 La participación en el entramado de totalidades más amplias de la existencia, así como el reconocimiento de una fuerza omnipresente que nutre y sostiene todo desde dentro aunado a un sentido experiencial de lo sagrado, son muestra de la refinada ecosofía originaria de las Américas. Estos saberes de casa (oikos o “casa” y sophia o “sabiduría”) pueden ser apreciados con especial claridad en la cosmovisión andina.

Se ha propuesto que es posible adentrarnos en la cosmovisión de los pueblos originarios de la región andina (incluyendo parte de lo que ahora conocemos como Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador y Colombia) por medio de cinco principios:5    

  1. El principio de relacionalidad sostiene que nada ni nadie existen en aislamiento, sino que todo y todos existen en función de sus interconexiones. La visión sistémica y su énfasis trans-reduccionista, conceptos como el “inter-ser” de Thich Naht Hahn o el “ser ecológico” de Arne Naess proveen útiles referencias para apreciar la cosmovisión viva de las culturas andinas.   
  • El principio de correspondencia reconoce las muchas maneras en las que lo macro se refleja en lo micro y viceversa. El concepto de “holón” o parte/totalidad, el paradigma holográfico, la antigua idea de imagen y semejanza de lo sagrado en la creación y las ciencias de la complejidad nos ayudan a comprender de mejor manera este principio.
  • El principio de complementariedad tiene que ver con la danza de los opuestos que anima la creación misma, polos comúnmente asociados con energías masculinas y femeninas. Aquí se celebra la integración de la diversidad en la totalidad, tan importante en la salud individual, en la de los sistemas socio-ecológicos y en la creación de comunidades incluyentes y resilientes.   
  • El principio de reciprocidad anuncia una mirada armoniosa y en equilibrio dinámico entre el humano y el resto de la naturaleza. El paradigma simbiótico o de cooperación mutua refleja las cualidades horizontales y de “poder-con” desde las que se mantiene un flujo activo y justo entre el dar y el recibir; desde lo simbólico y energético hasta lo tangible y socio-ecológico.    
  • El principio de ciclicidad introduce una perspectiva espiral del funcionamiento de la naturaleza y el cosmos, trascendiendo ideales exclusivamente lineales de progreso y desarrollo. La estructura espiral TQR y sus potenciales transformativos, el trabajo de tiempo profundo y la práctica de la atención plena nos ayudan a experimentar estados de ser que trascienden la lógica meramente lineal-racional.  

En su conjunto, estos principios forman parte de la perspectiva “pachasófica” de las culturas andinas. La noción de pacha refiere a la totalidad de la creación, aunque comúnmente se asocia con la Madre Tierra (Pachamama). La pachasofía o sabiduría de la Madre Totalidad considera a toda vida como el principal referente que posibilita la existencia humana. En este sentido, los principios pachasóficos presentados conforman un importante referente de la ecología profunda ancestral en vías al Buen Vivir,6 permitiéndonos encarar de mejor manera los retos sistémicos de nuestros días.   

Reconexión original

Años atrás soñé con la realización de un ambicioso proyecto que denominé “Reconexión original,” en el que tuve la oportunidad de consultar y contar con el apoyo de la maestra raíz TQR, Joanna Macy. La idea central del proyecto fue la implementación de una serie de diálogos interculturales inspirados en El TQR con comunidades originarias del continente americano, especialmente en Latinoamérica. Visibilizar y honrar el dolor y los regalos ignorados de las comunidades originarias y sus tierras fue la fuerza impulsora detrás del proyecto, además de traer a la superficie las numerosas maneras en las que los ciudadanos industriales promovemos la violencia y opresión.

En su esencia, el proyecto surgió como una minúscula forma de pagamento; una ofrenda simbólica para nuestros ancestros que han sido, y siguen siendo, sistemáticamente reprimidos. Esta ofrenda intercultural se nutrió de la convicción de que una honesta y respetuosa apertura hacia el pasado inaugura el camino hacia posibles reconciliaciones, entendimientos creativos y alianzas sinérgicas.

Hacia finales del 2018 realizamos el primer diálogo intercultural en las comunidades mayas de Sahcabmucuy y Hondzonot en la península de Yucatán, México.7 Me atravería a decir que la experiencia fue valiosa para todos, en donde compartimos espacios rituales, de diálogo comunitario y de celebración de la vida. Nos hicimos conscientes de las constantes amenazas a sus formas de vida y cultura, y en lo personal me conmovió inmensamente su resiliencia, su amabilidad de espíritu y su apertura a compartir sus tradiciones.

Experiencias memorables ocurrieron al realizar el mándala de la verdad y una dinámica de gratitud en conexión con la selva. En esta última, los participantes fueron convocados por un ser no-humano y su mensaje de gratitud: La selva parecía estremecerse con agradecimiento al escuchar al grupo compartir en su lengua materna. El mándala de la verdad dio cabida a dolores íntimos y colectivos, dando paso a un renovado sentido de camaradería y ligereza en medio de la compleja polaridad entre perpetrador y víctima. En esos momentos experimenté el efecto reconciliador de la selva y de la conciencia ancestral que abraza y nutre a la familia humana. 

Nuestra visita a las comunidades mayas fue significativa en muchos niveles. En aquellos días celebramos mi cumpleaños comiendo tamales propios de la región y compartiendo la palabra cargada de amor por la Tierra. Y fue también en esa bio-región que mi hija, Iyari Ananda, fue concebida. Sin embargo, debido a la falta de recursos económicos nos vimos forzados a pausar indefinidamente el proyecto, con la esperanza que en un futuro no muy lejano pudiéramos retomar tan preciado llamado.   

Ecología profunda ancestral

Hay una urgente necesidad de incluir las voces del “Sur” en ofrecimientos varios inspirados en la ecología profunda y El Trabajo Que Reconecta, de reconocer las trayectorias eco-culturales de los lugares que habitamos y que nos habitan. No en un espíritu dogmático, sino con abierta curiosidad acerca de las historias y circunstancias que nos han llevado al servicio por la Tierra; desde el contexto familiar y cultural hasta los más profundos anhelos espirituales. Estas exploraciones invariablemente nos guían hacia un refinado complejo de pachasofías ancestrales con profundo potencial reconciliador y transformativo para nuestro tiempo.

Por ejemplo, los principios de relacionalidad, correspondencia, complementariedad, reciprocidad y ciclicidad de la cosmovisión andina informan las bases de un paradigma de cuidado que celebra maneras más amorosas y respetuosas de habitar la Tierra. Es de tremenda importancia visibilizar estos saberes del Sur y hacerlos parte activa, en maneras apropiadas y coherentes, de nuestra labor de florecimiento y armonía en nuestras relaciones y de la gran comunidad de la Tierra. En esta labor de descentralización y descolonización no conozco mejor emprendimiento que amigarse con la propia historia, con las distintas maneras ancestrales en las que se ha venido tejiendo una relación con un cosmos vivo. Tal como Arne Naess adjudicó mucha de su inspiración y mensaje a la montaña Tvergastein de sus tierras natales, ¿qué mensajes tiene para ti la cuenca que habitas? ¿de qué historias te hace partícipe el lugar que te vio nacer? ¿Qué habitantes humanos y no-humanos han influenciado tu identidad y expresión en el mundo? Desde un lugar de autenticidad y transparencia es posible entablar relaciones interculturales de cuidado y potencialidad creativa.

Es ahora que los habitantes de las sociedades industriales llevamos una palmaria necesidad de volcarnos hacia nuestras raíces, a la ecología profunda ancestral que nos sostiene y mantiene en dirección del florecimiento de la vida. El Trabajo Que Reconecta provee una valiosa oportunidad de encuentro y exploración entre el “Norte” y el “Sur,” facilitando la emergencia de una conciencia pachacéntrica que hace del Gran Giro una realidad viva y respirable.


El artículo fue publicado originalmente en Deep Times: A Journal of the Work That Reconnects, en donde se puede acceder a la versión en inglés y la versión audio.

Referencias

1. Adrián Villaseñor Galarza, El Gran Giro: Despertando al florecer de la Tierra (Scotts Valley, CA: CreateSpace, 2015), 177.

2. Los diálogos Norte-Sur son una expresión del enfoque intercultural que nos lleva más allá del eurocentrismo y epistemicidio de las voces del Sur. Consulta algunas de las fortalezas del enfoque intercultural en el contexto latinoamericano aquí: María del Pilar Quintero-Montilla, Una contribución para el diálogo intercultural: algunas interpretaciones en torno a la cosmovisión amerindia (Utopìa y Praxis Latinoamericana v.14 n.45, 2009).http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-52162009000200009&lng=es&nrm=iso&tlng=es

3. En esta página puedes consultar algo del trabajo que se viene realizando en la última década en el contexto latinoamericano: https://eltrabajoquereconecta.org/

4. Ana María Llamazares & Carlos Martínez Sarasola, El lenguaje de los dioses: Arte, chamanismo y cosmovisión indígena en Sudamérica.(Buenos Aires, Argentina: Editorial Biblos, 2012).

5. Josef Estermann, Ecosofía andina: Un paradigma alternativo de convivencia cósmica y de Vivir Bien (Faia. Vol. II. N° IX-X, 2013); Josef Estermann, Filosofía andina. Sabiduría indígena para un mundo nuevo (Quito, Ecuador: Abya Yala, 2015).

6. El Buen Vivir o sumak kawsay (quechua) es un termino integrativo proveniente de la cosmovisión originaria de distintos pueblos de América del Sur. En los últimos años el sumak kawsay ha sido considerado en la búsqueda de una vida más en armonía y respetuosa con el resto de la naturaleza, inclusive a nivel jurídico, como es el caso de la constitución ecuatoriana.   

7. Un objetivo central del proyecto Reconexión original fue el dar a conocer los diálogos interculturales a través de cápsulas audiovisuales. En este link puedes consultar el registro correspondiente al diálogo en las comunidades mayas (https://youtu.be/Pb0HJucOVFg) y en este link (https://www.youtube.com/watch?v=NkwdtWPjZGQ) encuentras la invitación general del proyecto.